BASTIDA, Ricardo.Mamiferos marinos de Patagonia y Antártida / Ricardo Bastida; Diego Rodríguez. -- Buenos Aires : Vazquez Mazzini Editores, 2003. -- 208 p. : ilus., grafs., maps. ; 24 x 17 cm. Impreso ISBN 987-9132-08-4 1. Antártida 2. Mamíferos Marinos 3. Argentina 4. Patagonia 599 (828)BAST
Introducción
Mi primera vinculación con los mamíferos marinos se remonta a mi adolescencia, allá, a mediados de la década de 1950. Fue durante el comienzo del buceo en la Argentina cuando decidimos -junto con un grupo de fanáticos de dicha actividad- iniciar la exploración de las frías aguas patagónicas. Seguíamos en esa aventura subacuática al francés Jules Rossi quien, junto con el italiano Alberico Faedo, fueron nuestros maestros en el buceo deportivo y técnico. Recordando a estos amigos, y a Jorge Baiocco, quien me vinculó a ellos, debo mencionar que Jules fue iniciador del buceo deportivo en el mar Mediterráneo con el grupo de Jacques Cousteau; Alberico fue miembro de la temida X-MAS de la armada italiana la cual, por medio de sus buzos tácticos y submarinos de bolsillo, hundían los buques aliados fondeados en el puerto de Gibraltar durante la Segunda Guerra Mundial.
En nuestra recorrida por la costa patagónica de Chubut descubrimos la Península Valdés. En ella encontramos las aguas más claras de toda la costa argentina y así comenzamos a explorarlas. Para ese entonces, la ruta nacional número 3 era de tierra y difícil de transitar, y casi todo el transporte se efectuaba por barco. Los caminos de la Península eran una simple huella para poder trasladar el ganado y la lana desde las estancias. Solamente el correo oficial, con un viejo camión de la Segunda Guerra Mundial, se animaba a ingresar periódicamente en la Península. Ese fue nuestro transporte hacia un mundo mágico, que fuimos descubriendo lentamente con cada expedición
Nuestra vivienda en la costa patagónica eran elementales carpas y bolsas de dormir que en más de una oportunidad se volaban por los fuertes vientos, y la alimentación principal provenía del mar, como la de los antiguos grupos de cazadores-recolectores de Patagonia que nos precedieron en miles de años. Igual que ellos, tampoco contábamos al principio con protección contra las frías aguas australes.
Afortunadamente, el sacrificio de estas expediciones se veía ampliamente compensado por poder bucear en aguas cristalinas con una colorida y variada fauna magallánica, estar a la vez rodeados de un contrastante paisaje desértico de atractivo inigualable y, lo que era más importante, disfrutar de una variedad y abundancia de mamíferos marinos única en el mundo y prácticamente desconocida para el resto de la humanidad. A partir de ahí nace mi firme decisión de ser biólogo marino y aplicar el buceo a mis investigaciones.
El paso imperceptible del tiempo en una vida colmada de intensas emociones suele tomar una dimensión muy especial Y hoy, luego de tantas décadas, resulta extraño que hayamos podido concretar, junto con mi entrañable discípulo y amigo Diego Rodríguez, esta Guía de Mamíferos Marinos. Sin duda, totalmente impensada durante mis lejanos días de juventud en íntima convivencia y armonía con las colonias de lobos marinos, o durante las inmersiones con grandes manadas de delfines
Evidentemente, se trata de un ciclo predestinado a cerrarse, pues mis primeros artículos de juventud, publicados en la desaparecida revista "Diana", estuvieron referidos a los hábitos y características de los lobos y elefantes marinos. Gracias a esos artículos, la editorial me premió con mi primer reloj de buceo suizo, que aún guardo con dulces añoranzas.
Sorprendentemente, todo cambió en muy poco tiempo ...
Para ese entonces, el Mar Argentino estaba casi inexplotado y sus recursos eran en gran medida desconocidos. En la actualidad, y repitiendo tristes experiencias de otros mares del mundo, parte importante de sus recursos están sobreexplotados, situación que repercute negativamente también en los predadores superiores como los mamíferos marinos.
Debido a los asombrosos cambios ambientales de los que fui testigo, a la sobrepesca de nuestro Mar Argentino y al desconocimiento que existía acerca de sus mamíferos marinos, decidí abordar su estudio luego de años de vinculación con las comunidades bentónicas o de fondo Mucho tuvo que ver también con esta decisión mi encuentro en la década de 1970 con Bernd Wursig, prestigioso especialista que iniciaba sus estudios sobre los delfines del Golfo San José (Chubut)
Personalmente, en esa época ignoraba que en otras partes del mundo numerosos investigadores también reorientaban sus líneas de trabajo para paliar el desconocimiento que se tenía de los mamíferos marinos. Paralelamente tomaban estado público otros aspectos impactantes, tales como la irracional explotación ballenera y, junto con colegas de otras regiones, sentíamos que debía ser modificada, racionalizada y -si era necesario- tal vez suspendida
Para todo ello fue fundamental la formación de nuevos recursos humanos en la temática de mamíferos marinos, tarea que tomó tiempo y esfuerzo, pero que finalmente fue dando sus frutos. Así, hacia fines del siglo XX, el interés generado por los mamíferos marinos no tuvo precedente alguno con ningún otro grupo zoológico actual y nuestro país no fue una excepción a dicha tendencia Afortunadamente la Argentina y países vecinos cuentan ahora con un sólido núcleo de jóvenes investigadores en esta temática.
Nuevas herramientas en la sistemática de los vertebrados así como también grandes avances en la información paleontológica y filogenética han producido notables cambios en el conocimiento de los mamíferos marinos Por lo tanto, el lector podrá encontrar unos cuantos cambios en esta Guía con respecto a la información de publicaciones previas. Un avance muy importante ha sido logrado también debido al rápido desarrollo y sofisticación de las técnicas de investigación molecular, las cuales permiten abordar dimensiones del conocimiento difíciles de imaginar sólo unas décadas atrás.
Pese al avance científico del conocimiento de este grupo, la Argentina no contaba con una Guía de Mamíferos Marinos actualizada para facilitar la observación de estas criaturas en la naturaleza e introducir allego y al estudiante universitario en este fabuloso mundo.
Realmente ha sido un gusto recorrer este largo camino en la elaboración de esta Guía con Diego Rodríguez, querido discípulo y amigo, compañero, junto con el inefable Sergio Marón, de infinidad de campañas a lo largo de las costas de nuestro país.
Muchos amigos y colegas han hecho posible la realización de esta Guía. A todos ellos nuestro profundo agradecimiento, cuyo detalle incluimos en las próximas páginas.
Como la vida está plagada de grandes objetivos y tal vez de muchas más casualidades, no puedo dejar de mencionar a Sergio Massaro, uno de los mejores fotógrafos submarinos de la Argentina, que actuó como nexo entre nosotros y la editorial Vázquez Mazzini.
Hoy día, las palabras Patagonia y Antártida son casi tan atrapantes como la propia magia y belleza de sus paisajes, por lo cual contingentes de turistas, científicos y artistas de todo el mundo acuden a descubrirlas. Esperamos que esta Guía constituya una introducción hacia el encantado mundo de aquellos mamíferos que conquistaron mares y océanos. Que sirva también para despertar nuevas vocaciones y, en definitiva, que ayude a tomar conciencia sobre la necesidad de conservar estos valiosos recursos de la naturaleza.
Ricardo Bastida.
Mi primera vinculación con los mamíferos marinos se remonta a mi adolescencia, allá, a mediados de la década de 1950. Fue durante el comienzo del buceo en la Argentina cuando decidimos -junto con un grupo de fanáticos de dicha actividad- iniciar la exploración de las frías aguas patagónicas. Seguíamos en esa aventura subacuática al francés Jules Rossi quien, junto con el italiano Alberico Faedo, fueron nuestros maestros en el buceo deportivo y técnico. Recordando a estos amigos, y a Jorge Baiocco, quien me vinculó a ellos, debo mencionar que Jules fue iniciador del buceo deportivo en el mar Mediterráneo con el grupo de Jacques Cousteau; Alberico fue miembro de la temida X-MAS de la armada italiana la cual, por medio de sus buzos tácticos y submarinos de bolsillo, hundían los buques aliados fondeados en el puerto de Gibraltar durante la Segunda Guerra Mundial.
En nuestra recorrida por la costa patagónica de Chubut descubrimos la Península Valdés. En ella encontramos las aguas más claras de toda la costa argentina y así comenzamos a explorarlas. Para ese entonces, la ruta nacional número 3 era de tierra y difícil de transitar, y casi todo el transporte se efectuaba por barco. Los caminos de la Península eran una simple huella para poder trasladar el ganado y la lana desde las estancias. Solamente el correo oficial, con un viejo camión de la Segunda Guerra Mundial, se animaba a ingresar periódicamente en la Península. Ese fue nuestro transporte hacia un mundo mágico, que fuimos descubriendo lentamente con cada expedición
Nuestra vivienda en la costa patagónica eran elementales carpas y bolsas de dormir que en más de una oportunidad se volaban por los fuertes vientos, y la alimentación principal provenía del mar, como la de los antiguos grupos de cazadores-recolectores de Patagonia que nos precedieron en miles de años. Igual que ellos, tampoco contábamos al principio con protección contra las frías aguas australes.
Afortunadamente, el sacrificio de estas expediciones se veía ampliamente compensado por poder bucear en aguas cristalinas con una colorida y variada fauna magallánica, estar a la vez rodeados de un contrastante paisaje desértico de atractivo inigualable y, lo que era más importante, disfrutar de una variedad y abundancia de mamíferos marinos única en el mundo y prácticamente desconocida para el resto de la humanidad. A partir de ahí nace mi firme decisión de ser biólogo marino y aplicar el buceo a mis investigaciones.
El paso imperceptible del tiempo en una vida colmada de intensas emociones suele tomar una dimensión muy especial Y hoy, luego de tantas décadas, resulta extraño que hayamos podido concretar, junto con mi entrañable discípulo y amigo Diego Rodríguez, esta Guía de Mamíferos Marinos. Sin duda, totalmente impensada durante mis lejanos días de juventud en íntima convivencia y armonía con las colonias de lobos marinos, o durante las inmersiones con grandes manadas de delfines
Evidentemente, se trata de un ciclo predestinado a cerrarse, pues mis primeros artículos de juventud, publicados en la desaparecida revista "Diana", estuvieron referidos a los hábitos y características de los lobos y elefantes marinos. Gracias a esos artículos, la editorial me premió con mi primer reloj de buceo suizo, que aún guardo con dulces añoranzas.
Sorprendentemente, todo cambió en muy poco tiempo ...
Para ese entonces, el Mar Argentino estaba casi inexplotado y sus recursos eran en gran medida desconocidos. En la actualidad, y repitiendo tristes experiencias de otros mares del mundo, parte importante de sus recursos están sobreexplotados, situación que repercute negativamente también en los predadores superiores como los mamíferos marinos.
Debido a los asombrosos cambios ambientales de los que fui testigo, a la sobrepesca de nuestro Mar Argentino y al desconocimiento que existía acerca de sus mamíferos marinos, decidí abordar su estudio luego de años de vinculación con las comunidades bentónicas o de fondo Mucho tuvo que ver también con esta decisión mi encuentro en la década de 1970 con Bernd Wursig, prestigioso especialista que iniciaba sus estudios sobre los delfines del Golfo San José (Chubut)
Personalmente, en esa época ignoraba que en otras partes del mundo numerosos investigadores también reorientaban sus líneas de trabajo para paliar el desconocimiento que se tenía de los mamíferos marinos. Paralelamente tomaban estado público otros aspectos impactantes, tales como la irracional explotación ballenera y, junto con colegas de otras regiones, sentíamos que debía ser modificada, racionalizada y -si era necesario- tal vez suspendida
Para todo ello fue fundamental la formación de nuevos recursos humanos en la temática de mamíferos marinos, tarea que tomó tiempo y esfuerzo, pero que finalmente fue dando sus frutos. Así, hacia fines del siglo XX, el interés generado por los mamíferos marinos no tuvo precedente alguno con ningún otro grupo zoológico actual y nuestro país no fue una excepción a dicha tendencia Afortunadamente la Argentina y países vecinos cuentan ahora con un sólido núcleo de jóvenes investigadores en esta temática.
Nuevas herramientas en la sistemática de los vertebrados así como también grandes avances en la información paleontológica y filogenética han producido notables cambios en el conocimiento de los mamíferos marinos Por lo tanto, el lector podrá encontrar unos cuantos cambios en esta Guía con respecto a la información de publicaciones previas. Un avance muy importante ha sido logrado también debido al rápido desarrollo y sofisticación de las técnicas de investigación molecular, las cuales permiten abordar dimensiones del conocimiento difíciles de imaginar sólo unas décadas atrás.
Pese al avance científico del conocimiento de este grupo, la Argentina no contaba con una Guía de Mamíferos Marinos actualizada para facilitar la observación de estas criaturas en la naturaleza e introducir allego y al estudiante universitario en este fabuloso mundo.
Realmente ha sido un gusto recorrer este largo camino en la elaboración de esta Guía con Diego Rodríguez, querido discípulo y amigo, compañero, junto con el inefable Sergio Marón, de infinidad de campañas a lo largo de las costas de nuestro país.
Muchos amigos y colegas han hecho posible la realización de esta Guía. A todos ellos nuestro profundo agradecimiento, cuyo detalle incluimos en las próximas páginas.
Como la vida está plagada de grandes objetivos y tal vez de muchas más casualidades, no puedo dejar de mencionar a Sergio Massaro, uno de los mejores fotógrafos submarinos de la Argentina, que actuó como nexo entre nosotros y la editorial Vázquez Mazzini.
Hoy día, las palabras Patagonia y Antártida son casi tan atrapantes como la propia magia y belleza de sus paisajes, por lo cual contingentes de turistas, científicos y artistas de todo el mundo acuden a descubrirlas. Esperamos que esta Guía constituya una introducción hacia el encantado mundo de aquellos mamíferos que conquistaron mares y océanos. Que sirva también para despertar nuevas vocaciones y, en definitiva, que ayude a tomar conciencia sobre la necesidad de conservar estos valiosos recursos de la naturaleza.
Ricardo Bastida.